jueves, 15 de octubre de 2009

cambio climatico-coenhague 2009

Al Gore llegó al país e insistió en "cambiar por energías renovables"

13:37|El ex vice de EE.UU. estuvo en el Tigre, donde destacó el papel que juega la Argentina en la discusión global sobre cambio climático. Hoy continúa su actividad con la presentación del documental "Una verdad incómoda". Y mañana estará en Mendoza y San Luis.

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Al Gore habla sobre el cambio climático al país. (AP)
Al Gore pidió que Argentina fije una posición sólida en la cumbre de las ONU sobre cambio climático. Por Guillermina De Domini, de la redacción de Clarín.

El ex vicepresidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz 2007, Al Gore, pidió hoy cambiar las fuentes de energía basadas en carbono por otrasrenovables, a la vez que destacó el papel que juega Argentina en la discusión global sobre cambio climático, informa la agencia Télam.

Gore también resaltó la importancia de cambiar los actuales combustibles por otros con fuentes en la energía solar, la geotérmica (mediante el aprovechamiento del calor del interior de la Tierra) y la eólica (aire), en el marco de una charla ante empresarios en el Museo de Arte de la localidad de Tigre.

El ex vicepresidente estadounidense afirmó no ser "creyente en la capacidad de accionar del G-20 ni de Naciones Unidas, salvo cuando trabajan en conjunto los líderes mundiales en la Asamblea General de ONU o en el Consejo de Seguridad".

Del 7 al 18 de diciembre, mandatarios mundiales se reunirán en Copenhague, capital de Dinamarca, para debatir sobre el cambio climático y propondrán la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, compromiso al que se prevé se sumarán los Estados Unidos.

Al respecto, Gore afirmó que Argentina "puede jugar un papel significativo" en la cumbre porque "es una de las economías más importantes de América. Su tradición ha sido y es respetada en el mundo entero".

"Argentina y Estados Unidos tienen un futuro en común (...) pero es mi país el que tiene una mayor responsabilidad", opinó quien fuera el vicepresidente del gobierno de Bill Clinton.

Al Gore habló en el Museo de Arte de la localidad bonaerense de Tigre, durante una jornada sobre la concientización del cuidado del medio ambiente y las consecuencias del cambio climático, de la que también participó el intendente de Tigre, Sergio Massa.

La actividad de Gore continúa hoy en La Rural, donde presentará su documental"Una verdad incómoda". Mañana estará en Mendoza y San Luis.

miércoles, 14 de octubre de 2009

cumbre cambio climatico de copenhague

Marzo 2009
Cumbre climática de Copenhague
Demandas de Greenpeace
La realidad del cambio climático supera con creces cualquiera de las previsiones científicas
anteriores y es evidente que la amenaza de impactos irreversibles es mucho más inmediata de lo que
hubiéramos podido imaginar. Cada vez queda menos tiempo para evitar que el cambio climático siga
avanzando.
Ahora sabemos que los impactos derivados de un aumento de temperatura de sólo 1,5ºC pueden ser
irreversibles y que un aumento de 2ºC puede desencadenar consecuencias catastróficas y llevarnos a
un punto del que ya no haya vuelta atrás. Por estas razones, necesitamos un plan global que nos
permita detener el aumento de la temperatura cuanto antes y descender, acto seguido, ampliamente
por debajo de los niveles actuales.
La cumbre climática mundial que va a celebrarse el próximo mes de diciembre en Copenhague es la
oportunidad que tenemos para salvar el clima pero para no desaprovecharla es necesario que los
líderes políticos de todo el mundo asuman la responsabilidad de trabajar juntos para proteger a la
gente, al medio ambiente y al planeta que, colectivamente, representan. Los jefes de Gobierno
deben asegurar que
las emisiones de gases de efecto invernadero globales van a alcanzar su punto más alto en
2015 para descender, posteriormente, tan rápido como sea posible hasta niveles tan
próximos a cero como se pueda a mediados de siglo
Greenpeace hace un llamamiento a los gobiernos que van a reunirse en Copenhague, el próximo mes
de diciembre, en la cumbre mundial del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio
Climático para que alcancen un acuerdo basado en los siguientes puntos:
Los países desarrollados deben reducir sus emisiones, conjuntamente, por lo menos en un 40%
para 2020 (tomando como referencia los niveles de 1990), reducción que en sus tres cuartas
partes, como mínimo, debe realizarse a nivel interno. Para alcanzar estos objetivos, los países
desarrollados -como grupo- deben acordar reducciones del 23% en el próximo período
(2013-2017).
No va a ser posible alcanzar el acuerdo ambicioso que necesitamos en Copenhague a menos que los
países desarrollados, como responsables históricos de la crisis climática y principales emisores
actuales de gases de efecto invernadero, estén a la altura de de las promesas de liderazgo que
hicieron en Río de Janeiro (1992) y en Kioto (1997). La confianza mutua entre los países desarrollados
y los países en desarrollo que es necesaria para salvar el clima sólo puede conseguirse mediante un
liderazgo climático sin precedentes de los primeros.
La lucha contra el cambio climático requiere acciones globales, profundas, firmes y
generalizadas, por lo que, según Greenpeace, el compromiso de los países en desarrollo es
también indispensable. Estos países deben contribuir al esfuerzo global reduciendo el
crecimiento proyectado de emisiones entre un 15 y un 30% para 2020, mediante la
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implementación de las medidas “sin coste” que pueden ser alcanzadas sin ayuda externa. No
obstante lo anterior, los países industrializados deben apoyar a los países en desarrollo en el
resto de medidas.
Los países pertenecientes a la franja de países en desarrollo van desde el grupo de los más pobres,
que apenas han contribuido a la crisis climática, hasta aquellos que son más ricos que algunos países
industrializados, por lo que no pueden ser tratados todos por igual. Para ser justos, el nivel de
actuación de cada país debería basarse en su responsabilidad histórica en generación de emisiones y
en su capacidad y potencial para reducirlas.
Así, algunos países en desarrollo tendrían capacidad para ir más allá de los límites previstos para la
franja de países en desarrollo durante el siguiente período, la tercera fase del Protocolo de Kioto
(2018-2022). Estos países se están desarrollando rápidamente y van a tener mayor capacidad de
actuación, por lo que puede esperarse de ellos que asuman compromisos obligatorios de reducción de
emisiones en términos absolutos.
Los países desarrollados deben comprometerse a aportar los fondos necesarios para que los
países en desarrollo sean capaces de abordar un proceso de transición rápida hacia tecnologías
limpias, reducir la deforestación y adaptarse a aquellos efectos del cambio climático que ya son
inevitables a gran escala. Los fondos públicos que se requieren a estos efectos son del orden de
110.000 millones de euros al año para 2020.
No puede esperarse que la contribución a cifras tan elevadas sea directamente destinada y
canalizada individualmente por cada estado a través de sus presupuestos nacionales, por lo que van a
ser necesarios mecanismos que, de forma predecible y automática, sean capaces de generar estos
fondos. En este sentido, Greenepace considera que los países industrializados deben pagar por sus
permisos de emisión y que las cantidades resultantes deben destinarse a un fondo con el que
alcanzar los siguientes objetivos:
● Acabar con la deforestación y las emisiones que lleva asociadas en todos los países en
desarrollo para 2020 y alcanzar la meta de cero deforestación para 2015 en las áreas clave
como los bosques del Amazonas, del Congo Basin y del Paraíso, priorizando la protección de
los bosques con valor de conservación elevado y de aquellos que son importantes como
sustento de grupos indígenas y comunidades forestales.
● Emprender acciones urgentes y mejoradas de adaptación en las áreas de manejo del riesgo y
riesgo compartido, en cuanto a estrategias de reducción de desastres y en cooperación
internacional.
● Cooperar en términos de investigación y desarrollo, en favorecer una respuesta rápida de los
países en desarrollo en cuanto a la transición a energías limpias y en el establecimiento de
políticas y medidas capaces de crear las condiciones necesarias para una revolución
energética.
Desde 2013 en adelante, los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDLs) basados en proyectos
deberían limitarse a aquellos países en desarrollo con menor capacidad para reducir emisiones y
deberían crearse nuevos mecanismos para incentivar a los países con más capacidad para hacer
el tránsito hacia un sistema bajo en carbono.
Los MDL han canalizado más dinero hacia los países en desarrollo que cualquier otro fondo del
Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, pero este dinero se ha dirigido
sólo a unos pocos países. Eso ha contribuido muy poco al desarrollo sostenibles y en realidad ha
favorecido un aumento neto de emisiones. Hay nuevos mecanismos de mercado que podrían aportar
reducciones de emisiones adicionales al mismo tiempo que reducen los costes, pero deben ser
diseñados de forma muy cuidadosa. Estos mecanismos deben ir más allá de simples compensaciones
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de las emisiones de los países industrializados y potenciar la actuación y el desarrollo sostenible de
los países en desarrollo.
Los gobiernos deberían desechar el uso de mecanismos basados en el mercado para reducir emisiones
derivadas de la deforestación. Estos mecanismos no son apropiados en una situación en la que es
necesario el control público sobre las medidas de protección de los bosques y la financiación para
asegurar que las reducciones de emisiones van de la mano de la protección de la biodiversidad y de
los derechos de las personas que dependen de los bosques.
La energía nuclear, la captura y almacenamiento de carbono (CAC) y otras tecnologías
insostenibles no deben computar como apoyo 'mesurado, comunicado y verificado' de los países
en desarrollo bajo el acuerdo que se alcance para después del año 2012. Además, los créditos
sucios (alcanzados con tecnologías insostenibles) deberían ser excluidos de cualquier mercado de
carbono internacional.
Los países en desarrollo han acordado adoptar acciones 'mesuradas, comunicado y verificadas' para
reducir sus emisiones siempre que los países industrializados les presten apoyo 'mesurado,
comunicado y verificado' en términos de transferencia de tecnología y financiación. En cualquier
caso, tecnologías como la energía nuclear o la CAC no contribuyen al desarrollo sostenible, por lo que
no deberían ser consideradas en términos de transferencia tecnológica bajo el Convenio Marco de
Naciones Unidas sobre Cambio Climático o aportar créditos a los países industrializados.
Las emisiones internacionales derivadas de la aviación y navegación marítima deben ser
abordadas de forma apropiada en el acuerdo que se alcance para el período posterior a 2012.
Ambos sectores están creciendo de forma muy rápida y constituyen fuentes significativas de
emisiones.
Los países industrializados deben incluir las emisiones derivadas de la aviación en sus objetivos de
reducción de emisiones totales y tenerlos en cuenta en el punto de venda del combustible. Una
aproximación sectorial es probablemente la mejor forma de dirigir las emisiones derivadas del
transporte.
Todos los recursos financieros que se generen bajo el acuerdo que se alcance en Copenhague
deben ser supervisados en el marco estructural de Naciones Unidas y deben acompañarse de un
régimen regulador estricto que prevea penalidades severas para los casos de incumplimiento. El
gobierno de estos mecanismos debe ser democrático, inclusivo, responsable y transparente y
debe permitir la participación de aquellos directamente involucrados.
El acuerdo de Copenhague creará la necesidad de supervisar y dirigir grandes sumas de dinero
público, tanto en fondos existentes como adicionales, que debe gestionarse de forma adecuada. Está
claro que el Convenio Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático va a tener que dotarse
de la maestría necesaria para evitar errores y va a tener que crear nuevos paneles de expertos y
cuerpos que lo apoyen en este sentido. La sociedad civil va a tener también que estar involucrada en
la planificación y supervisión de cómo se invierten estos fondos, a fin de asegurar la transparencia.
El acuerdo de Copenhague también debe incluir la retirada progresiva internacional de los
hydrofluorocarbonos (HFC).
Lo anterior se deriva del hecho que en la siguiente decada los hydroclorofluorocarbonos (HCFCs),
bajo el Protocolo de Montreal, van a ser retirados progresivamente y de ser reemplazados por los
HFCs se corre el riesgo de que las emisiones de gases de efecto invernadero aumenten de forma
considerable dado que la mayoría de HFCs son gases con este efecto en elevada potencia. Por esta
razón la retirada progresiva a nivel internacional de los HFCs también debe incluirse en el acuerdo de
Copenhague.
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domingo, 11 de octubre de 2009